Alrededor de la mitad de las consultas oftalmológicas se deben a la aparición de signos y síntomas como hiperemia y picazón que pueden estar relacionados con alergia ocular. La elección de un correcto tratamiento farmacológico para aliviar los síntomas permitirá asegurar el éxito terapéutico y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Dra. Liliana E. Abuin – MN: 112820
Especialista en Superficie Ocular y Córnea, La Plata. lilianaabuin@yahoo.com.ar
La alergia ocular es una afección ocular común encontrada en la práctica clínica, en la que el sistema inmune reacciona de forma anormal frente a un alérgeno. Se debe a una reacción de hipersensibilidad de tipo 1 que es producida en la conjuntiva ocular, un tejido inmunológicamente activo. Por lo general, la alergia ocular se presenta en combinación con otras alergias como asma, dermatitis atópica, urticaria y rinitis.
Se estima que aproximadamente el 20% de la población mundial la padece y en los últimos años su incidencia y prevalencia han ido en aumento debido a los cambios de las condiciones ambientales y climáticas. Si bien cualquier persona puede desarrollar esta sensibilización que al inicio no se acompaña con síntomas visibles, generalmente comienza en la niñez o adolescencia, y se va acentuando con el transcurso del tiempo.
Las conjuntivitis alérgicas son causadas por la exposición directa al alérgeno ambiental, el cual se disuelve en la lágrima y penetra en la conjuntiva. El alérgeno se une a la IgE, que se encuentra en la superficie de los mastocitos, produciendo la degranulación de los mismos y liberación de los mediadores químicos, tales como histamina, proteasas, factores quimiotácticos, citoquinas y metabolitos del ácido araquidónico.
La Histamina es el principal mediador de la inflamación alérgica. Se une a los receptores H1 y H4 de las terminaciones nerviosas provocando prurito, mientras que la unión con los receptores H2 en la pared vascular producirán vasodilatación y quemosis por aumento de la permeabilidad vascular.
El síntoma patognomónico de la conjuntivitis alérgica estacional es el prurito, asociado a lagrimeo y ardor.
El cuadro clínico se caracteriza por ser bilateral con congestión conjuntival leve (ojo rojo), y en los casos más severos, con quemosis.
La secreción es filante y blanquecina y se observan la presencia de papilas tarsales, principalmente superiores. En los casos atópicos, la piel de los párpados se observa engrosada, con descamación, aumento de pliegues e hiperpigmentación.
Tipos de Conjuntivitis Alérgicas:
CONJUNTIVITIS ALÉRGICAS COMUNES (95%)
- Conjuntivitis Alérgica Estacional
- Conjuntivitis Alérgica Perenne
CONJUNTIVITIS ALÉRGICAS SEVERAS (5%)
- Queratoconjuntivitis Vernal
- Queratoconjuntivitis Atópica
- Queratoconjuntivitis Papilar Gigante


El diagnóstico es principalmente clínico: se realiza un examen oftalmológico de la conjuntiva, la córnea, los párpados y limbo. Además, se evalúan episodios alérgicos, antecedentes familiares de atopía, fármacos utilizados y uso de lentes de contacto.
Para confirmar la sospecha diagnóstica clínica se pueden utilizar pruebas complementarias como la citología conjuntival en la cual se observará un aumento de células caliciformes y de eosinófilos; valores normales de osmolaridad, lactoferrina, lisozima e IgA; y un aumento de IgE en lágrimas y sangre.

Imagen cortesía Dr. A. Berra
El tratamiento farmacológico está enfocado principalmente en aliviar los síntomas. El paciente debe comprender que es una patología crónica, por lo tanto, el tratamiento deberá de fácil instilación, con mínimos efectos adversos y ser tolerable para lograr un correcto cumplimiento.
Si tenemos en mente la fisiopatología, veremos que tenemos varias maneras de enfrentar la alergia ocular:

- Antihistamínicos tópicos
- Inhibidores de la degranulación de mastocitos (estabilizadores)
- Inhibidores de la ciclooxigenasa (AINES)
- Corticosteroides
- Inmunomoduladores
El tratamiento de las formas leves se debe iniciar con estabilizadores de los mastocitos y lubricantes oculares para diluir el alérgeno presente en la superficie ocular.
En las formas moderadas, a lo anterior se le suma el uso de corticosteroides locales durante períodos cortos, intentando mantener la dosis mínima. La buena respuesta al tratamiento se manifiesta por una resolución relativamente rápida de los cambios conjuntivales tales como edema e hiperemia. En cuanto al tamaño de las papilas gigantes, este disminuye gradualmente, pero se requieren varios meses de tratamiento para lograr su desaparición completa.
En las formas graves, el medicamento que se debe adicionar es la ciclosporina en concentraciones de 0,5%, 1% у 2%, siendo un inmunomodulador que se puede utilizar por períodos prolongados. De forma complementaria, se puede implementar la inyección supratarsal de triamcinolona.
Si bien la alergia es un motivo frecuente en la consulta, no debemos olvidar los beneficios de abordar el tratamiento de manera interdisciplinaria con médico clínico, inmunólogo o alergista, quienes permitirán determinar si es necesario agregar medicación por vía oral y cuál es el alérgeno responsable de la afección para lograr una mejor calidad de vida.
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