Conjuntivitis viral: la importancia del diagnóstico diferencial


Hace un tiempo tuve un caso en el consultorio que me hizo reflexionar y me motivó a compartir mi experiencia acerca de este cuadro, para remarcar la importancia de estar muy alertas cuando tratamos una conjuntivitis.

Un paciente acude a una consulta con un médico clínico de su obra social cursando con secreción acuosa, ojo muy rojo y edema de párpados. También le comenta que percibe mucha molestia y que varios integrantes de su familia tuvieron conjuntivitis, ninguno de ellos con secuelas. En ese momento, el médico clínico le receta una suspensión oftálmica a base de tobramicina 0,3% y dexametasona 0,1% y le indica que la utilice 4 a 6 veces por día, en ambos ojos.

Un mes después viene a mi consulta, muy molesto, viendo borroso de ambos ojos, refiere que ve peor del ojo izquierdo, e intensa fotofobia que le impide manejar. Además, me comenta su experiencia previa con el primer médico y el tratamiento indicado en su momento.

Ante este panorama, considerando los antecedentes, sospecho que la causa es un adenovirus, como suele ocurrir generalmente. Continúo con el examen: una querato-conjuntivitis franca, más intensa del ojo izquierdo, con edema de córnea.

El tratamiento indicado fue NEAGEL® (ganciclovir 0,15%): 1 gota cada 6 hs durante la primera semana, luego 1 gota cada 8 horas la semana siguiente, y actualmente 1 gota solo por la noche, agregando CIPOS® 0,1 (ciclosporina 0,1%) 1 gota cada 8 horas.

Pasados los primeros 7 días de tratamiento se observaba una franca mejoría. Actualmente, ha recuperado grandemente la visión; sin embargo, como secuela quedaron algunos infiltrados corneales subepiteliales centrales, un tatuaje en la córnea de la impronta que dejó el paso del virus.

En mi experiencia, ante un ojo rojo se debe realizar un diagnóstico diferencial que comprenda: glaucoma agudo, uveítis, presencia de cuerpo extraño, endoftalmitis, conjuntivitis aguda, entropion, herpes corneal, celulitis orbitaria y derrame conjuntival.

Así las cosas, recomiendo que, ante un ojo rojo con edemas de párpados, secreción acuosa, fotofobia y mucha molestia, es preferible un antibiótico solo sin corticoides en solución oftálmica como ser: gentamicina, eritromicina, ciprofloxacina, cloranfenicol, etc. hasta ver la evolución. También es importante dar las pautas de alarma, explicarle qué es lo que tiene, recomendarle el uso de lentes de sol y volver a citarlo varias veces.

Dr. Soria, Juan Carlos Mat. Prof. 91982

Mar del Plata, Buenos Aires.

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